Germán Molina Diaz, Economista, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, docente de la UCB e Investigador asociado del IISEC.
El título del presente análisis es una narrativa de enfoque económico sobre la segunda parte del proce- so electoral boliviano, cuya primera votación se realizó el 17 de agosto último. Ese día, los electores, ejerciendo su poder al voto, determinaron que, de ocho candidatos a la presidencia del país, dos pasaran a la segunda vuelta.
Por primera vez, Bolivia participará en un balotaje en unas elecciones nacionales. Por ello, el 19 de octubre los electores volverán nuevamente a ejercer su derecho a decidir quién será el piloto de la nave de la economía boliviana y que esta realice un aterrizaje suave o brusco que dependerá de la pericia, conocimiento, credibilidad y experiencia del elegido, quien luego conduciría el despeje exitoso que todos los bolivianos esperamos ansiosamente.
Los dos candidatos por la presidencia se enfrentarán en una segunda prueba ante los electores, quienes tienen el poder con su voto para elegir al postulante encargado de manejar correctamente un “simulador de vuelo”. Es decir, cuál programa de los contendientes —modelo y política económica— resolverán la actual crisis económica que atraviesa el país.
Los contendientes tienen un plazo límite para demostrar su conocimiento, experiencia, credibilidad y capacidades, del 31 de agosto al 12 de octubre, período determinado por al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para la publicación de estudios de opinión en materia electoral (en- cuestas) y la difusión de propaganda electoral en actos públicos de campaña y en medios de comunicación, hasta el 5 de octubre. También habrá un debate vicepresidencial; el 5 de octubre, en Santa Cruz de la Sierra; y el presidencial, el 12 de octubre, en La Paz.
Esto quiere decir que los contendientes tienen seis semanas más de conquistar a los 7,9 millones de electores, los verdaderos jefes que determinarán quienes serán los servidores públicos desde los puestos de la presidencia y vicepresidencia de Bolivia.
Los dos candidatos tienen tiempo limitado para divulgar su oferta electoral y deben saber aprovechar el tiempo al máximo. Deberán informar no solo qué piensan hacer (QPH) o “cómo los harán” (CH), también tienen que dar a conocer, de forma detallada, cuál será su plan de ajuste económico y cuál será el económico y político (CEP) de este. Esa será el simulador de vuelo que deberán presentar a los electores, para que decidan quién será el comandante los próximos cinco años.
El primer candidato, Rodrigo Paz enfatizó que su propuesta se basa en un modelo de “capitalismo para todos” con el principio del “50/50”; el segundo candidato, Jorge Quiroga declaró que: “Transformaremos a los bolivianos de proletarios a propietarios”. Este apostó por el empleo formal y los negocios tecnológicos.
Los bolivianos continúan con sus actividades cotidianas: producen, distribuyen, comercializan en el mercado interno y externo; genera ingresos y empleo, a pesar del modelo y política eco- nómica de frenos y desincentivos a la iniciativa privada, pero ante las expectativas favorables se espera un cambio para la situación, a partir del 8 de noviembre, fecha de inicio del nuevo gobierno, hacia la estabilidad de precios, el empleo y el crecimiento económico.
La lógica económica de los agentes que participan en la asignación de los recursos escasos, para fines alternativos, difiere bastante en el análisis de un proceso electoral en el que participan el gobierno, los partidos políticos y los electores.
La teoría económica sobre la etapa electoral señala algunas analogías: desde utilizar los instrumentos de demanda y oferta, el presupuesto público y hasta la comparación de la situación con los pasos que acata un piloto de avión, ya sea en el aire durante el aterrizaje.
En Bolivia, dos candidatos realizan la oferta electoral para la pugna del balotaje y sus pro- puestas en general son sofismas para los electo- res que demandan la solución a sus problemas económicos concretos. En las propuestas de Paz y Quiroga solo se ven soluciones de inmediato y dejan de lado lo que podría suceder más allá; es decir, los efectos indirectos y las que van más allá de lo que podrían realizar os más lejanas de lo que ofrecen realizar.
Para maniobrar un avión, un candidato a piloto tiene que pasar por una serie de pruebas teóricas y prácticas, estas en un simulador de vuelo, equipo que intenta replicar o simular la experiencia de pilotar una aeronave, de la forma más precisa y realista posible; carretear, que significa hacer rodar el avión por la pista antes del despegue y tras el aterrizaje.
El economista James Buchanan, premio Nobel de Economía (1986), por sus trabajos sobre La teoría de la elección pública y la economía constitucional, desarrolló un modelo de la teoría eco- nómica sobre la demanda y la oferta, en el que el político deja de ser ese hombre altruista que lucha por elevar el nivel de bienestar de sus conciudadanos y se convierte en algo mucho más real: es el que maximiza su propia función de utilidad; es decir, cuando se presenta ante sus votantes no les dice: “Elígeme, que quiero el poder” o “Tengo muchas ganas de ser presidente”. Por el contra- rio, trata de ocultar tales objetivos y se presenta a sí mismo como una persona que: “Aparentemente se sacrifica por la búsqueda del bien común y [es capaz de] resolver una crisis económica”.
La profesora de economía de la universidad de Cambridge, Joan Robinson escribió: “En el análisis económico se distingue a los que construyen las herramientas económicas y a los que las utilizan”, como una caja de herramientas”.
El economista analítico argentino Juan Car- los de Pablo, doctor honoris causa y profesor de la Ucema3 distingue tres etapas en un proceso electoral: “a) la campaña; b) la transición y c) la gestión” y explica didácticamente cada una de ellas.
“Un candidato presidencial, durante la campaña, se asemeja a un piloto de avión en un simulador de vuelo que maneja todos los controles y si se equivoca la computadora le señala que se accidento. Durante la transición el candidato presidencial ganador realiza acciones concretas, así como un piloto en un avión real carreteando en la pista para despegar. La gestión cuando está piloteando en el aire o aterriza”, escribió De Pablo.
Guillermo Calvo, profesor de economía de la Universidad de Columbia, contribuye a la ciencia económica construyendo herramientas, y señala que, para recuperar el país, en referencia a Argentina, cuando este país vivía una etapa prelectoral de elecciones nacionales indico: “Hay que hacer cosas que son políticamente muy impopulares, que solo se van a poder hacer si se rompe la economía”.
El exrector y profesor emérito de la Ucema Carlos Alfredo Rodríguez, economista que construyo herramientas económicas en la frontera del conocimiento y actualmente está dedicado a la economía práctica, sobre la etapa electoral de 2023 en Argentina, señalo que: “A pocos meses de las elecciones, los políticos están totalmente ocupados en la carrera por la conquista del trofeo sin pensar qué harán con él si es que lo conquistan. Como mucho, la mayoría arriesga promesas vacías como la vuelta al crecimiento con pleno empleo, sin inflación ni deuda o pobreza. Todos coinciden en criticar como fallido casi todo lo que se ha hecho antes y ninguno dice lo que se hará.”. y además que: “Existe un consenso generalizado en el mundillo político de que en campaña electoral no es conveniente anunciar medidas, solo metas agradables. Las medidas vendrán después.”
Con base en las premisas destacadas por los economistas teóricos y prácticos, en torno a un proceso electoral, analizar la historia económica boliviana es complejo; entender de qué manera la organización administrativa, económica y polí- tica del Estado comenzó con el liberalismo, lue- go transitó hacia el estatismo, en varias épocas, como el péndulo de un reloj antiguo, durante los ciclos de auge y crisis, dese el despilfarro hasta el ajuste económico, en un círculo vicioso del que no logran salir los vecinos.
El actual período presidencial noviembre 2020-2025, en Bolivia, es una continuación del programa Modelo de Economía Social Comunitaria Productiva (MESCP), de 2006. La política económica de expansión, el elevado del gasto público recurre a los recursos públicos disponibles y no disponibles sin restricción presupuestaria genuina. El resultado macroeconómico, después de dos décadas, es el del desequilibrio económico externo e interno y, a nivel microeconómico, el sistema de precios que determinan los mercados internos fue intervenido mediante controles gubernamentales de los precios y cantidades. Esto ocasionó la escasez de dólares, combustible, entre otros productos y una inflación galopante reprimida.
La segunda vuelta del 19 de octubre no solo definirá quién ocupará la presidencia. También será una elección entre dos visiones de país: una, busca quebrar con el ciclo de dos décadas de pro- mesas inviables que endeudan y fulminan al país; la otra, proponen mantener el sistema con una nueva apariencia, pero con el mismo libreto que nos condujo a la actual crisis económica.
Con base en la historia económica datos concluimos que la causa de la actual crisis eco- nómica de Bolivia es el programa, modelo o política económica discrecional que deja a un lado las reglas cambiarias, fiscales, monetarias5 y financieras con resultados negativos durante casi dos décadas continuas.
Las cifras de las principales variables macroeconómicas (2006-2025) no alcanzaron o superaron programadas oficialmente por los Programas de Desarrollo Económico y Social (PDES), presentados ante la Asamblea Legislativa Plurinacional anualmente.
La solución a la crisis es un nuevo modelo y política económica, con un enfoque integral y simultáneo, que genere los incentivos para que el sector económico privado formal crezca, sea cada vez más eficiente, genere empleos y los actuales beneficiarios del sector público tengan incentivos para aprovechar las nuevas oportunidades en el que prevén, con los parlamentarios de otras bancadas. Las políticas económicas de ajuste funda- mentales y estructurales deberían aplicarse al comienzo de la gestión, señalando las consecuencias directas, indirectas y las más distantes en el tiempo, requeridas para que el país sea viable, tenga credibilidad, tenga soporte externo de dólares y apoyo parlamentario para prevenir el fracaso.
Cualquiera de los dos candidatos tiene la probabilidad de ganar, pero ninguno tendrá el poder absoluto en la Asamblea Legislativa. Esto podría debilitar la gobernanza y gobernabilidad de la nueva administración. Por ello, necesariamente tendrán que negociar con las bancadas parlamentarias, para la aprobación de sus proyectos de leyes.
La disyuntiva entre la ortodoxia y la heterodoxia económicas, para resolver los problemas económicos que afectan a todos los ciudadanos, tiene que ser sustituida por basar la política económica en la realidad económica, social, política, cultural, psicológica y medioambiental, utilizando el cajón de herramientas económicas que disponemos los economistas, de acuerdo con sus leyes y principios. Es complicado, difícil y costoso resolver los actuales problemas económicos que afectan a todos los bolivianos, de manera heterogénea, y que los perturban de diversa forma. Sin embargo, no es posible postergar la toma de decisiones porque se acelera el deterioro económico y tiene que ser resuelto por los servidores públicos profesionales, expertos y con amplia experiencia en gestión por resultados y que gocen de credibilidad.
Actualmente, los recursos públicos no solo son escasos, no son suficientes para cubrir los gastos de funcionamiento del Estado y del sector privado. En este sentido, los sofismas y premisas falsas sobre economía, ofertados en la campaña electoral no tienen que ser tomados en cuenta porque conducirán al absurdo. Sabiamente serían rechazados por los sentimientos y la lógica de los electores, cuando vayan a emitir sus votos.
 
								





 
															



