Startups de delivery incursionan en el mundo fintech latinoamericano

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En un año de consolidación para los servicios digitales, las plataformas de delivery buscan capitalizar el cambio de comportamiento de los latinoamericanos a través de una nueva oferta de servicios financieros, aprovechando la baja bancarización de la región, los datos que acumulan de sus otras verticales y su popularidad.

Un viaje en auto un viernes por la tarde desde la Universidad Estatal de Campinas al tradicional restaurante Giovanetti, ubicado en el centro de Campinas, Brasil, dura aproximadamente media hora (un poco más si el tráfico es peor que lo normal). Durante ese trayecto, el pasajero viaja en un auto llamado a través de la aplicación 99, la plataforma brasileña de transporte compartido, e ingresa a 99Food para enviar comida a la casa de sus padres. Para pagar el servicio de transporte, delivery y la cuenta del restaurante, ya tiene dinero cargado en su billetera electrónica 99Pay. Aprovechando el tráfico, también paga su cuenta de celular.

Cuando llega al destino, al otro lado del carro, el conductor de 99 recibe su tarifa a través de Conta99, la billetera digital de la aplicación para sus conductores asociados que permite transferir dinero a su cuenta bancaria. Pero esta vez decide no transferir, sino utilizar el Cartão99, la tarjeta de crédito prepago Mastercard, para pagar la bencina antes de partir a realizar un nuevo viaje.

Es una situación ficticia, pero totalmente plausible para miles de usuarios y conductores de 99 en Brasil.

99 es solo un ejemplo de startups que originalmente no eran fintech, pero están comenzando a ofrecer servicios financieros. Y, casualmente, la mayoría de estos nuevos híbridos son plataformas de servicios on-demand, como delivery de comida o productos y de transporte compartido.

Por ejemplo, durante el 2020 e inicios de este año, en América Latina startups como Uber, Mensajeros Urbanos, Rappi e iFood comenzaron a entregar o expandir su portafolio de servicios financieros. Los productos ofrecidos son variados: billeteras virtuales, que permiten el almacenamiento de dinero y utilizarlos entre el ecosistema de la startup; tarjetas de débito y débito, que se lanzan en asociación a una marca (Visa o Mastercard) y se entregan sin comisión; y hasta ofrecen pólizas de robo, hogar o accidente.

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“Es como el huevo y la gallina, ¿qué viene primero? Por un lado, estas plataformas ofrecen más servicios porque aprenden de sus propios usuarios, pero, al mismo tiempo, la naturaleza de las startups es crecer y escalar, por lo que buscan nuevos segmentos de mercados que tienen sus propias necesidades”, dice Geraldine Silveyra, Directora Regional del Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera en Tecnológico de Monterrey de México.

El modelo de negocios de aplicaciones conocidas como super-apps que comienzan a integrar distintos servicios en uno – en vez de crear o comprar distintas compañías bajo un conglomerado, como es lo tradicional – es popular en mercados asiáticos. Aplicaciones como WeChat de China y Gojek de Indonesia surgieron como plataformas de mensajería y delivery originalmente, pero hoy ofrecen servicios como redes sociales, marketplaces, finanzas, servicio de limpieza doméstica, servicios de belleza, como cortes de pelo, manicura o depilación, entrega de combustible, venta de entradas de entretenimiento y más.

“Es fácil desestimar a las super-apps como un fenómeno chino, pero la realidad es que están surgiendo en los mercados de todo el mundo”, afirma la consultora KPMG en el estudio Super app or super disruption? “Y los consumidores no necesariamente demandan super-apps, pero ciertamente quieren la conveniencia y simplicidad que las super-apps pueden ofrecer”, agrega.

Y parece que el FOMO (temor a perderse algo, por su sigla en inglés) está presente en América Latina y los servicios financieros es uno de los primeros pasos hacia la conquista de los usuarios de la región.

“Queremos ser una aplicación de conveniencia que facilite, simplifique y traiga economía a la vida de la población brasileña, volviendo la realidad de las personas un poco más fácil”, dice Maurício Orsolini Filho, jefe de 99Pay.

Inclusión financiera

Todos los lectores recordarán el inicio de la pandemia cuando las botellas de alcohol-gel y sprays desinfectantes se agotaron de los estantes de los supermercados. El temor de contagio del virus se traspasó también al dinero en efectivo, ya que era considerado poco sanitario o, directamente, ya no era utilizado porque los consumidores comenzaron a adquirir productos a través de plataformas digitales. De esta manera, los medios de pago que no necesiten contacto y que permitieran pagar productos comprados por internet se popularizaronmasivamente.

Según la encuesta global Mastercard New Payment Index realizada durante 2020, el 72% de los consumidores de América Latina ha probado nuevos métodos de pago que, en otras circunstancias, no lo hubiese hecho y, los nuevos métodos de pago, como las tecnologías biométricas y los códigos QR fueron considerados como más limpios (74%) y más cómodos (70%) a la hora de realizar pagos en persona.

Si el cambio de comportamiento del consumidor fue un fenómeno global, en el caso de América Latina se sumó la particularidad de que la cantidad de personas bancarizadas – que tengan al menos una cuenta bancaria formal – no llegaba al 39% antes de la pandemia, mientras que el promedio mundial era del 50%, según Global Findex

La pandemia de la Covid-19, necesidad de comprar productos de forma online y la oportunidad de recibir aportes económicos por los gobiernos nacionales aceleraron la bancarización de los latinoamericanos, pero aún así el acceso a servicio financiero es todavía bajo. Por ejemplo, la investigación del Instituto Locomotiva afirma que la cantidad de personas desbancarizadas en Brasil bajó de 45 millones a 34 millones.

“Optamos por desarrollar una billetera digital para suplir esa laguna que existe entre la población y los servicios financieros digitales de calidad sin cobro de tarifas”, dice Maurício Orsolini Filho. “99Pay ofrece comodidad y facilidad en servicios financieros hasta a los que no tienen relaciones con instituciones financieras, además de colaborar con la reducción del volumen de dinero físico en circulación, generando mayor seguridad física y sanitaria”, agrega.

Según el ejecutivo, la recepción por la base de usuarios es positiva y creciente. La billetera digital fue lanzada en nueve ciudades brasileñas durante el 2020 y ya está posicionada entre las top tres plataformas de estas regiones. Actualmente, se encuentran en 25 ciudades, con 1,3 millones de usuarios y están planeando llegar a todo el país durante este año.

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