Las finanzas están en una encrucijada. Esto es lo que aprendí en Davos 2025

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Este artículo es parte de:Reunión Anual del Foro Económico Mundial

  • El reequilibrio del poder económico, el ritmo acelerado de transformación tecnológica y los grandes cambios estructurales en los mercados públicos y privados están reconfigurando las finanzas mundiales.
  • El modelo tradicional de hegemonía financiera de Estados Unidos se ve desafiado por nuevas arquitecturas financieras e innovaciones digitales.
  • La labor del Centro de Sistemas Financieros y Monetarios para desarrollar marcos multilaterales se vuelve más crucial a medida que estos cambios se intensifican.

La Reunión Anual 2025 del Foro Económico Mundial puso de relieve las crecientes tensiones que están remodelando las finanzas globales: el reequilibrio del poder económico, la rápida transformación tecnológica y grandes cambios estructurales en los mercados públicos y privados. Estas presiones están obligando a reconsiderar de manera fundamental el funcionamiento de las finanzas mundiales y a quién sirven.

A lo largo de los debates en Davos, los líderes abordaron una realidad cada vez más compleja: mientras que el orden financiero liderado por Estados Unidos sigue siendo dominante, las economías emergentes están ganando influencia y construyendo estructuras alternativas. El modelo tradicional de primacía financiera de Estados Unidos —indicado por la participación del 60% de las empresas estadounidenses en la capitalización bursátil mundial y la participación del 60% del dólar en las reservas de divisas— se ve cada vez más desafiado por las nuevas arquitecturas financieras y las innovaciones digitales.

Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, las preguntas sobre el futuro de las alianzas globales, la política fiscal y la regulación financiera adquieren una nueva urgencia. Los mercados tradicionalmente prosperan en la previsibilidad, pero el entorno actual exige adaptarse a la incertidumbre persistente. Las conversaciones de este año revelaron tanto una confianza en la resiliencia fundamental del sistema como un creciente reconocimiento de que se avecinan cambios significativos.

Las principales tendencias emergentes

1. La resiliencia actual frente a nuevos factores de estrés

A pesar de una serie de choques – una pandemia, tensiones geopolíticas y presiones inflacionistas –, el sistema financiero mundial ha mantenido una estabilidad notable. El fortalecimiento de los marcos regulatorios y la aceleración de la digitalización han mejorado la resiliencia institucional.

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Sin embargo, esta estabilidad se basa cada vez más en cimientos estadounidenses que empiezan a mostrar fisuras. Con los gastos por intereses de la deuda estadounidense superando ahora el gasto militar y los niveles de deuda superando el 100% del PIB, surgen dudas sobre la capacidad del sistema para capear otra crisis importante. Como señaló el economista de Harvard Kenneth Rogoff en la Reunión Anual de 2025: “Ambos partidos en Estados Unidos parecen pensarlo como un almuerzo gratis (…) Creo que eso está mal”.

Además de la sostenibilidad a largo plazo de la deuda estadounidense, otra cuestión es si el país tiene margen fiscal para responder a futuras crisis, como fenómenos climáticos o disturbios geopolíticos. Durante la crisis financiera de 2008 y la pandemia, la Reserva Federal actuó como proveedor global de liquidez. Si podrá seguir desempeñando ese papel en el futuro es una pregunta que se plantean los EE. UU. y el resto del mundo.

2. Riesgos de fragmentación

En enero, el Centro de Sistemas Financieros y Monetarios publicó un informe en el que se sugería que la fragmentación extrema del sistema financiero mundial podría costar el 5% del PIB global. Además, estos costos recaerían de manera desproporcionada sobre los “países no alineados”, como India, Brasil y Turquía. Muchos mercados emergentes y economías en desarrollo de América Latina, África y el sudeste asiático podrían sufrir pérdidas de hasta el 11% del PIB si se ven obligados a alinearse con un único bloque comercial.

Esta tendencia no es meramente teórica: los flujos financieros globales cayeron más del 50% en 2022, lo que sugiere que la fragmentación podría estar ya remodelando la dinámica del mercado. Las instituciones financieras están respondiendo con la segmentación de las operaciones a lo largo de las líneas geopolíticas, y algunas están considerando la separación total de sus negocios.

3. Transformación tecnológica

Con una inversión de 35 000 millones de dólares en inteligencia artificial (IA) durante 2023, que se prevé que alcance los 97 000 millones de dólares en 2027, el sector de los servicios financieros se sitúa a la vanguardia de la adopción tecnológica. Sin embargo, los debates revelan matices importantes: aunque la IA ha mejorado las prácticas vigentes en materia de gestión de riesgos, detección de fraudes y fidelización de clientes, la reinvención fundamental de los servicios financieros sigue siendo incipiente.

El impulso actual refleja la experimentación y optimización de las prácticas habituales, más que una transformación fundamental, donde las empresas exploran aplicaciones sin un consenso claro sobre la trayectoria final. Persisten las dudas sobre el sesgo algorítmico y la disparidad en la preparación normativa, mientras que la distribución desigual de estos avances suscita preocupación por el aumento de las brechas entre los mercados maduros y emergentes.

4. Cambios estructurales en los mercados privados

Durante la última década, los mercados privados han crecido sustancialmente, superando a los mercados públicos en tamaño e importancia para ciertas industrias. La transformación es especialmente marcada en Estados Unidos, donde el número de empresas públicas se ha reducido a la mitad desde 1996. Las empresas privadas respaldadas por capital de riesgo, por el contrario, se multiplicaron por nueve.

Esta tendencia refleja mucho más que un simple cambio de preferencias; representa una transformación estructural en la forma en que las empresas abordan el crecimiento y el acceso al capital. Si bien este cambio permite horizontes de inversión a más largo plazo y reduce la presión de las ganancias trimestrales sobre las empresas emergentes, también corre el riesgo de concentrar la influencia entre los inversores institucionales y complicar las evaluaciones de riesgo. El dominio de las empresas estadounidenses de capital privado y capital de riesgo en la configuración de estas tendencias plantea interrogantes sobre el acceso al mercado y la dinámica de poder en las finanzas globales.

Cuestionando suposiciones: tensiones entre concentración y democratización

La semana de Davos ha puesto de manifiesto una paradoja fundamental en las finanzas mundiales. Por un lado, los mercados privados pueden generar riqueza y concentrar la influencia en un pequeño grupo de inversores institucionales. Esta concentración puede limitar la forma en que las vías tradicionales (los mercados de valores públicos) facilitan la creación de riqueza generalizada. Si bien los mercados privados pueden ayudar a nutrir a las empresas y permitir una mejor planificación a largo plazo, el crecimiento de estos mercados puede suponer un reto para el acceso de los inversores minoristas y para la supervisión de los reguladores.

Mientras tanto, la tecnología está democratizando las finanzas de formas inesperadas. En Tailandia, como señaló ‘Topp’ Jirayut Srupsrisopa, de Bitkub Capital, en la Reunión Anual de 2025, una de cada siete personas ya tiene una aplicación de criptomonedas en su teléfono. En los Estados del Golfo, la tokenización inmobiliaria está permitiendo a los inversores minoristas acceder a activos que antes eran exclusivos. Estos avances sugieren que las finanzas podrían volverse más accesibles, incluso a medida que los mercados tradicionales se concentran más.

Esta tensión plantea cuestiones críticas, por ejemplo, si la democratización tecnológica compensará la concentración de la riqueza en los mercados privados. ¿Qué papel deben desempeñar las instituciones financieras tradicionales para acercar estas dos tendencias? El camino a seguir probablemente requiere nuevos marcos para aprovechar las tecnologías democratizadoras, manteniendo al mismo tiempo la estabilidad del sistema y protegiendo a los inversores minoristas. Las conversaciones en Davos no sugirieron un consenso claro sobre este equilibrio, pero sí que las cuestiones serán fundamentales para la evolución financiera de 2025.

Escenarios alternativos

Aunque el consenso dominó muchos de los debates de la Reunión Anual de 2025, surgieron varios escenarios contrarios convincentes que podrían remodelar las finanzas mundiales. Aunque los expertos los consideraron poco probables, los siguientes acontecimientos podrían tener un impacto dramático en el horizonte financiero mundial:

  • Reactivación de la competitividad europea: A pesar del estancamiento actual, Europa tiene un potencial de transformación sin explotar. Con unos 1500 millones de dólares de ahorros familiares invertidos en el extranjero o de forma improductiva, Europa podría lanzar un impulso coordinado para impulsar la innovación y la sostenibilidad, reposicionándose así como líder tecnológico. Mediante reformas normativas para reducir los obstáculos burocráticos e incentivar la inversión de riesgo, se podría dar un giro radical a la competitividad europea.
  • Salida deflacionaria de China: China podría salir de su actual entorno deflacionario preparada para un crecimiento más sólido. A través de un estímulo económico agresivo a nivel nacional y centrado en el consumidor, y de la ampliación de las relaciones con socios comerciales que tienen reservas sobre un enfoque estadounidense más transaccional, China podría emerger como una fuerza cada vez más asertiva en los mercados regionales y globales, alcanzando acuerdos bilaterales en condiciones ventajosas y reforzando la reputación de China como facilitador de la integración y la estabilidad globales, además de acelerar aún más la internacionalización del yuan chino.
  • Aceleración de la integración de las criptomonedas: las criptomonedas podrían madurar rápidamente hacia una arquitectura financiera convencional mediante claridad regulatoria, en lugar de seguir siendo un sistema paralelo. Esto plantearía cuestiones profundas sobre el papel de los bancos centrales en la intermediación de la oferta monetaria. Estos avances podrían remodelar fundamentalmente los sistemas de pago, la tokenización de activos y los flujos financieros internacionales.

Pese a no ser predicciones, estos escenarios ponen de relieve posibles discontinuidades que podrían surgir a medida que se produzcan cambios de poder, evolución tecnológica y surgimiento de nuevos modelos financieros. Esto sugiere la necesidad de una planificación estratégica flexible que tenga en cuenta los cambios no lineales en las finanzas globales.

Las conclusiones de la Reunión Anual de 2025 subrayan la complejidad cambiante de las finanzas. Mientras que el orden financiero liderado por Estados Unidos mantiene su papel central, las potencias y tecnologías emergentes están remodelando el panorama. El trabajo continuo del Centro para desarrollar marcos multilaterales se vuelve más crucial a medida que estos cambios se intensifican.

Los desafíos que se avecinan radican en preservar la estabilidad y la eficiencia financieras mientras nos adaptamos a las nuevas realidades tecnológica, geopolítica y regulatoria. Esto exige no solo la coordinación de políticas, sino una visión compartida para un futuro financiero inclusivo. Aquellos que naveguen por estos cambios con inteligencia, al tiempo que garanticen una amplia participación en la innovación financiera, ayudarán a definir la próxima era de las finanzas globales.

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